Sabías que...

Cheddar Kerrygold, un queso en la isla de los pastos infinitos.

En las praderas del extraordinario paisaje de Irlanda, de verde exuberante, las vacas pacen con parsimonia durante 300 días al año. Sus siluetas, recortadas contra un cielo que es puro espectáculo, se han convertido en todo un símbolo de la Isla Esmeralda.

La personalísima combinación de precipitaciones y horas de sol de Irlanda es la razón de que la leche de esas vacas alimentadas con una hierba tan jugosa aporte a los productos KERRYGOLD una dulzura y cremosidad única y una relevante concentración de beta-carotenos
La gran calidad de esta materia prima es la que ha conducido a KERRYGOLD, cooperativa nacida en 1961 para promover y desarrollar el sector lácteo de Irlanda, a liderar mercados internacionales con productos como la mantequilla o el Cheddar.

Un proceso único proporciona
al cheddar su inconfundible
textura y sabor.
Una leche de extraordinaria calidad
le aporta su legendaria cremosidad.

Chedarizar, un verbo con nombre de queso

El Cheddar da nombre a una fase de su proceso de elaboración: la chedarización.
El término, nacido para la producción de Cheddar y extendido después a la elaboración de otras variedades de queso, se refiere al proceso de cortar la cuajada en bloques, apilarlos unos sobre otros e ir cambiando su disposición repetidamente para que, con el peso y las altas temperaturas, los bloques vayan perdiendo el suero y acidificándose.

Se logra así la textura característica del Cheddar, firme y elástica. La diversidad de matices de sabor del Cheddar KERRYGOLD se la proporcionan los diferentes tiempos de maduración, que pueden oscilar de los 3 a los 18 meses.

No sólo el sabor varia con la maduración sino que también lo hace el contenido de lactosa. Los más jovenes (Mild) son perfectos para una dieta baja en lactosa , mientras que el proceso de maduración natural hace que se consuma la lactosa hasta llegar a un nivel infímo en la variedad Vintage (18 meses) siendo apto su consumo para intolerantes.

KERRYGOLD ha logrado en pocas décadas situar los productos lácteos irlandeses entre los mejores del mercado y dinamizar la agricultura familiar del país

La suma de dos grandes tradiciones

En el Cheddar KERRYGOLD confluyen dos grandes tradiciones: la milenaria práctica quesera de los ganaderos irlandeses y la larga trayectoria de un queso de origen inglés que se remonta al menos al siglo XII.

El Cheddar tiene su origen en la población británica de Somerset y recibe el nombre de un pueblo cercano, en cuyas grutas se almacenaba el queso. Llegó a Irlanda de la mano de los colonos ingleses quienes durante años centralizaron la elaboración de quesos en la isla.

Pero un país con una producción de leche tan espectacular en cantidad y calidad no podía quedar al margen del sector quesero mundial y a partir del siglo XX el interés por elaborar variedades de queso se extiende entre los productores irlandeses.
Y ahí entra en juego la cooperativa KERRYGOLD, apoyando la producción de más del 82% de los ganaderos lecheros irlandeses. Catorce mil pequeñas granjas familiares, cada una de ellas con métodos únicos que se transmiten de generación en generación, compiten por aportar a KERRYGOLD la mejor leche, y la cooperativa organiza un concurso anual para premiar a la familia que lo consigue.

La cooperativa KERRYGOLD eligió para su nombre el de una raza autóctona de vaca, Kerry, hoy en día protegida por el Departamento de Agricultura de Irlanda.